LAS PRIMERAS IMPRESIONES DEL DEBUT DE "ONCE COMIDA"

Gentileza TVN

 Pese a que solo se han emitido tres capítulos de la sitcom de "Once Comida", me es imposible no transmitir la agradable sensación que deja el ser espectador de esta producción.

  Aunque da la impresión de estar en presencia de algo ultra visto, mezcla de "Los Venegas", "Los Valverde", "Los Eguiguren" con el teatro de José Vilar (Carnet a la chuña) y el teatro en Chilevisión (Con el mismo protagonista) más la premisa de "Aquí Mando Yo", padre y madre se invierten los roles clásicos, "Once Comida" se las ingenia para mantener ese humor sano, refrescar la serie con contingencia, personajes modernos y simpáticos, lo que la hace cercana y un producto nuevo.

 Las AFP, los portonazos, la colusión, el bastón selfie, los videos de Youtube, los grupos de whatsapp y más, son nombrados como parte de la cotidianidad, mezclado inteligentemente con la contingencia del día de emisión, como la lluvia, el corte de agua, las inundaciones, el acoso callejero, la partida de Peter Rock y el ex presidente Aylwin, gran mérito de Juan Andrés Rivera, Jalil Riff, Cristóbal Díaz y Pablo Erazo, quienes la escriben bajo la idea original de Lalo Prieto y la improvisación de los mismos actores.

  El elenco se ve cohesionado. El experimentado Patricio Torres no muestra mucha novedad en su rol de Rodolfo, aunque poco importa, ya que logra marcar presencia y dominio escénico con su inigualable comicidad. La siempre espléndida Katty Kowaleczko se presenta en un rol más maduro, maternal, de lúdicas reacciones, una mamá trabajadora muy identificable y actual. Valentina Acuña convence con Daniela, la versión chilena y humana de Lisa Simpson que pudo ser una maqueta pero logró pasar el umbral de humanidad, pero quien ha acaparado la atención en los primeros capítulos es Diego Boggioni con su adorable y gracioso rol de Mateo, que de mateo nada tiene, un personaje que pudo ser forzado pero el actor lo hizo real, identificable y de paso mostró una nueva faceta a lo que le habíamos visto en televisión en "La Canción de tu Vida" y "Sudamerican Rockers" por nombrar algunas. En grupo, un buen soporte actoral.

 Otro gran mérito es del director general, Christian Maringer, quien logra coordinar el equipo técnico y humano para llevar esta serie en vivo y en directo con un mínimo de error, manteniendo un buen ritmo y en conjunto poder conquistar, convirtiendo a la serie en un gran acierto y una buena alternativa.

  Lo único que quizás se pueda criticar es el exceso de gritos, se entiende el formato teatral, pero al ser un producto televisivo se torna agresivo, algo molesto y tanta estridencia podría generar distancia.

 Aunque el horario de las 20 horas por historia ha sido destinado a las teleseries y me parece que así debería seguir, creo que en tiempos de tanta tragedia y una vertiginosa televisión llena de copuchas, vulgaridad y sensacionalismo, se agradece un espacio de sana entretención, que da pie a la identificación, a la unión familiar, a reírnos de nosotros mismos y nuestras tragedias, en definitiva, un agradable recreo.

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