¿POR QUÉ SE IMPUSO "PITUCA SIN LUCAS"?

Esta semana se vivió un nuevo combate vespertino, una guerra con tres contrincantes y cuyos resultados tuvo interesantes reflexiones.

  Cuando todos estábamos claros que TVN pondría las reglas, ya que jugaba a ganador con la recta final de la teleserie vencedora en el primer semestre, tanto así que Canal 13 decidió esperar exactos dos meses para estrenar, llegó Mega y optó por comenzar, para muchos una medida arriesgada pero tan determinante que hoy lidera la sintonía.

La apuesta que salió de manera adelantada (se suponía era para el 2015) sorprendió a todos, pese a las críticas iniciales de que la teleserie se parecía a "Amores de Mercado" "Somos los Carmona" y repetía la trama central de "Rompecorazón" y "Vivir con 10" lo cierto es que se ganó la preferencia del público y no solo por ser la novedad sino porque es entretenida, puede que tenga parecido con sus antecesoras, pero Mega necesitaba irse a la segura en su estreno, captar público, una formula ya probada y en parte patentada por quienes están a la cabeza del proyecto, la innovación podremos exigirla en las siguientes teleseries, con respecto al parecido con las producciones de antaño, no me parece, esta es más situacional, anecdótica y las protagonistas no se han adaptado a su nueva situación tan rápido como pasó con los Sullivan o los Solé.

"Valió la Pena" se estrenó en un capítulo rápido pero confuso, en las redes sociales se criticó la edición, cuyos cortes para agilizarla, supuestamente, hicieron del primer capítulo un collage que no permitía entender la historia y anuló la continuidad emocional, era raro ver a la pequeña Ema jugando y sonriendo cuando a días habían asesinado a sus padres, incluso la indolente Cathy Winter (Adrenalina) vivió más el luto que esta niña y eso llamó la atención, no gustó y se criticó. La historia no tuvo un matiz claro de comedia o drama, por lo que la confusión era normal en el espectador.

"Caleta del Sol" fue sorpresivo, el canal mutó su teleserie a lo que el público ha pedido a gritos, teleseries como las de antaño, fuera de Santiago y TVN así lo hizo, aunque con claras referencias a éxitos pasados que lejos de ser bien recibidos, molestó al espectador por la supuesta falta de creatividad, no estoy de acuerdo, pero el público manda; La edición del primer capítulo no fue distinta a la de su competencia, al parecer hubo pánico o se les obligó a comenzar antes, pues regrabaron escenas ¡Incluso el mismo día! lo cual se notó en la continuidad en el tiempo, de soleado a nublado y viceversa en segundos, mutilaron las escenas, incluso momentos celebrados en el adelanto fueron obviados, insisto, el pánico se apoderó de los creadores y emitieron un primer capítulo motivados por la desesperación más que por la planificación y se notó.

¿Qué tiene "Pituca sin Lucas" que le falta a las otras? A mi parecer empatía, que una ejecutiva fría y distante tenga que hacerse cargo de una niña no es cercano, en la vida muchos no entienden que hay mujeres que optan por no ser madres, las hay pero no es un pensamiento compartido o aceptado mayoritariamente, además en la promoción me mostraron que ambas se llevaran bien, no hay sorpresa al respecto, menos con el título tan conclusivo y aunque adoremos a Lorena Bosch, a Rosario poco nos importa lo que le pase, es desagradable ¿Por qué la tenemos que querer? Y aunque las marchas contra las termoeléctricas fueron todo un éxito, el tema, por muy egoísta que se lea, parece distante, el público macro es un mero espectador ante esta problemática, además la promoción de la teleserie no apuntó al tema ecológico, no nos encantó con esta caleta, su fauna ni con sus habitantes que en su mayoría se ven algo hoscos, nos habló de un romance y una ballena que fue motivo de burla de los medios, no hay identificación ni con la problemática ni con los habitantes que poco se diferencian con el ermitaño que ahí aparece, en cambio el adaptarse a un mundo opuesto de un día para otro es atractivo de ver.

Lo segundo ¿Dónde quedó el romance? Me declaro un fanático de las historias románticas, que son la médula de las teleseries, pero por más que lo busco en las actuales vespertinas, el amor está en planos muy distantes, priorizando otros temas o anécdotas ¿Onur y Sherazade no les dejaron claro que gusta? En "Pituca sin Lucas" veo la fuerte atracción entre Manuel y Tichi, Fidel y Belén, Felipe y Gladys, Salvador y María Jesús, incluso queremos que Lita y don Benito tengan su historia, hay amor en todos lados, de manera transversal, en "Valió la Pena" hay atracción entre Rosario y Gastón, los polos opuestos siempre generan atractivo, pero fuera de ellos no hay una lucha de amor, solo un me gusta o encuentros clandestinos, algo similar pasa en "Caleta del Sol" Elena tiene tres galanes, sabemos que su marido está descartado, que Ignacio pese a lo encantador que es para ella y el público es un difícil vencedor y con Crescente hay una fuerte atracción y una historia pasada, por otro lado queremos que el lobo chico conquiste a la esquiva Bárbara, pero fuera de ellos, el romance está lejano, se priorizan otras historias lo que me parece lamentable, ya que el público gusta de esa fantasía, del príncipe que rescata a la princesa como Manuel con Tichi, esos amores imposibles, el verse reflejados en una fuerte lucha de amor que quizás nunca tuvieron y siempre soñaron.

"Pituca sin Lucas" tiene, a diferencia de su competencia, personajes cercanos y queribles, TVN sufre además las consecuencias de un historial de teleseries alargadas, microcapítulos, repeticiones y finales discutibles, Canal 13 se muestra como un área inestable y Mega está cayendo en el mismo vicio de la repetición casi integra del capítulo anterior lo que pronto le podría jugar en contra, insisto, las cifras aún pueden cambiar, no hay que confiarse, no obstante, independiente de los números, lo que hemos visto en estos días da una primera impresión de planificación en mayor o menor medida, como nunca se luce o deja al debe a los equipos de producción, la calidad de los productos pueden ser discutibles, pero el ritmo y el como se ejecuta el producto a casi cincuenta años de teleseries chilenas en algunos casos es imperdonable.

  La invitación está en volver al romance, a la identificación, a dejar fluir más la historia autoral por sobre lo estratégico, a innovar y siempre tratar de elevar el nivel. Se agradece el riesgo de las tres producciones, ya veremos como continúa esta batalla y si hubo aprendizaje de parte de los caídos.

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