QUINTA TEMPORADA DE "LOS 80" ... A paso lento.

La serie de Canal 13 volvió a sus orígenes en la quinta temporada, pero el éxito de cada capítulo se debe en gran parte a la fama de sus pasadas emisiones, ya que el ritmo actual ha decepcionado a más de un seguidor.

  El ritmo pausado es una de las principales caracteristicas de "los 80" pero luego de la vertiginosa cuarta temporada con CNI de falso hermano, autoexilio, persecución, secuestro y la muerte de Gabriel, esta temporada se ve algo deslúcida y si bien volvieron al ritmo oríginal, les ha faltado la otra gran caracteristica de la serie, lo anecdótico, ver esos grandes detalles de la década en que se sitúa la producción y no me refiero a los eventos de entonces como la visita del Papa o el triunfo de Cecilia Bolocco en el Miss Universo, sino a los pequeños recuerdos de la cotidianidad que nos presentaba cada capítulo de la serie y que son un gran complemento visual, parecían imperceptibles, como el álbum de la época, la budinera, la Free en el mostrador o la cotona del colegio, actualmente están, pero con menos sutileza, todo es más evidente, como el archirepetido nombrado "Almac"

  Lo anecdótico le daba un toque de liviandad a las tragedias que viven constantemente los Herrera y eso se extraña, como la aparición de uno de los primeros computadores en Chile que vimos en el capítulo anterior, las navidades o cumpleaños de las primeras temporadas, esas con estrellitas, viejos pascueros en la verde Plaza de Armas de entonces o las bolsas de Michaely por el paseo ahumada que nos llenaba de nostalgia, eso hace falta, puntos de fuga, las intervenciones de Don Genaro y Petita o las de Nancy y Exequiel son mínimas, lo cual sumado al momentaneo debacle de la familia protagónica, con un Juan lidiando a un insoportable socio, Claudia sin poder retomar su vida, Martín separandose de Paola, Ana preocupada por todos y Félix en malos pasos lejos de su amigo Bruno, la serie se torna demasiado deprimente, ni siquiera los maestros de la construcción lograron alivianar esa carga negativa.

  Pero lejos de ser catalogada de mala, esta nueva temporada trajo consigo varias y agradables sorpresas, como lo llamativamente crecidos que están los niños, las enternecedoras actuaciones de Estrella Ortíz, Anita en la serie o Néstor (Nicolás Saavedra) el nuevo posible galán de Claudia, quien desde otro ángulo ha logrado encantar a las viudas de Gabriel.

Aunque parezca obvio a estas alturas, se agradece el gran nivel actoral del elenco estable, quienes se complementan y sorprenden en cada temporada.

  Descatable es el detalle de rescatar el mito del cuadro del Niño que llora de Bruno Amadío al incorporarlo en las tragedias que han sucedido en la serie, apareció en la tercera temporada entre los escombros de las casas derrumbadas por el terremoto, en la casa donde murió Gabriel y este año ha aparecido en dos muertes, la de Tapia, el CNI que fue asesinado por su compañero, haciendo justicia que tanto quería el público y el retrato tambien estaba en uno de los cajones de don Farid, lo vimos minutos antes de que este muriera.

  Una temporada que nos pone tensos y nos llena de ira ante sus acontecimientos, lo cual es bueno, ya que esa es la idea, transmitir sensaciones y emociones, caracteristica que esta producción sigue manteniendo, una serie de gran calidad y pese a que el ritmo a veces aletarga, siempre queremos ver que pasará con los integrantes de la familia televisiva más querida en la actualidad.

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