LA DOÑA... Una seducción de època

Comenzó "La Doña" la tercera teleserie nocturna de Chilevisión, una nueva versión de Catalina de los Ríos y Lísperguer, la Quintrala, alabada o criticada, lo cierto es que no ha pasado desapercibida.

La propuesta desde un comienzo fue clara, hacer una fantasía de época, no una recreación colonial, muy al estilo de las teleseries brasileñas como "Xica Da Silva" o "La esclava Isaura" en donde el contexto histórico es una excusa para una historia de traiciones y seducción; Bajo esta premisa, el lenguaje moderno ocupado o los errores históricos se permiten, así como la libertad en el vestuario, en donde las mujeres usan escote, los hombres muestran su torso, además de cabellos sueltos y desordenados.

Esta es una versión en extremo libre de la Quintrala, rescatable es que en "La Doña" el personaje interpretado magistralmente por Claudia Di Girólamo humaniza a la latifundista, a diferencia que en la versión de 1987, esta mujer no es mala porque sí, porque está endemoniada o porque tan solo es caprichosa, esta Catalina sufre, canalizando ese dolor en odio y pasión, es impulsiva y se arrepiente, adoptó un carácter propio de los hombres de la colonia para demostrarle a su progenitor que era tan buena como el hijo que siempre quiso (Muy al estilo de Adriana Godán de "Los Títeres") y como patrón de fundo, se acostumbró a que su voluntad se hacía, sin importar la manera, a pesar que a veces los costos son muy altos para su conciencia. La astucia y seducción es algo que explota el personaje, además de la complejidad sicológica que muestra, no es solo una endemoniada de látigo en mano como la describieron las personas de su época.

Una de las premisas de la teleserie es la seducción y el erotismo, para ello ha recurrido a algunas fantasías recurrentes como la dominación, una mujer enfundada en cuero y con látigo en mano al mando, los sensuales vestuarios de época, el salvaje de cuerpo marcado dispuesto a complacer, entre otras, todo cuidado, ya que si bien se ha visto harto desnudo y escenas sexuales, pero nada grotesco.

Con un guión ingenioso, pero liviano; actuaciones dispares, ya que algunas destacan y otras están al debe, una ambientación y fotografía destacable y una edición atractiva, aunque a ratos demasiado vertiginosa, la mejor decisión en esta área fue sacar ese efecto de flash del primer capítulo, que más que acentuar los momentos de tensión o innovar en transiciones, ensuciaba y deshilaba las escenas, restándole unidad y convirtiendo a la teleserie en un burdo y agotador video clip. Por suerte fue retirado. Destacar que la teleserie está bastante avanzada, por lo que no sucumbirá a adaptaciones por el ráting, haciéndola un producto puro.

La musicalización está impecable, el cover de "La Quintralada" interpretada por María Jimena Pereyra es muy bueno (Creación de Flor Motuda, antes interpretada por Patricia Maldonado)

Como antes mencioné, Di Girólamo está fantástica en el rol, un protagonico merecido y que ella luce con fluidez, aunque es tan imponente su presencia, que cualquier rol a su lado se ve disminuido; Ricardo Fernández se hace odiar en verdad con su detestable Fernando y da gusto ver a la gran Luz Jiménez en el rol de la aritócrata doña Agueda Flores. Catalina Pulido, Roxana Campos, Cristian Carvajal y Javiera Hernández se lucen también en sus roles.

Una fantasía de época que muestra violencia y sexo, dos cosas que el público gusta de ver sin reconocerlo y que muchas veces en un doble estándar critica ¿Solo por ser chilena? Hay que abrir espacio para todo, están marcando presencia en el horario, estoy seguro que en este contexto a futuro veremos varios temas importantes, ya todos conocemos a Sabatini y sabemos que no desaprovechará el horario nocturno para tocar problemáticas sociales, por ahora solo queda relajarse y distraerse con esta ficción de época.

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