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"Infiltradas", la segunda teleserie nocturna de Chilevisión, centrada en el mundo de policías y mafiosos narcotraficantes.
El transcurso de esta teleserie no fue fácil ya que partió con muchas expectativas, ya que tenía el antecedente de la exitosa "Mujeres de Lujo" a su haber, su antecesora y a pesar de desplegar muchos recursos visuales, además de intriga, seducción, acción, enredos amorosos y personajes atractivos, el público, cada vez más impenitente, se desencantó de la historia tan oscura y claustrofóbica que nos fueron entregando, pero la reacción no se hizo esperar y Coca Gómez, junto a su equipo de guionistas compuestos por Jaime Jara, Malú Urriola y Alejandro Moreno, lograron revertir la situación, modificando la trama, suavizandola y haciéndola más atractiva, reconquistando al esquivo espectador ¡Un Gran mérito!
Esta teleserie nos deja escenas y personajes para el recuerdo, difícil olvidar el decapitamiento de Octavio Gangas (Roberto Vander), las demencias de Bautista Piantini (Paulo Bruneti) y su esvástica tatuada, las performances eróticas de Lucio Santo Domingo (Álvaro Moráles), las maldades del Trauko (Juan Pablo Ogalde), a Ariel Levy interpretando a un detective y oculto homosexual travestido a la fuerza, a Ivanka (Catalina Olcay) obligada a practicar sexo oral, las predicciones de la Santa Muerte (Sonia Mena), la hermosa pareja y tortuoso amor del sicario Lautaro Verdugo (Tiago Correa) con la novata detective Consuelo Guerrero (Mayte Rodriguez) hasta el enlace entre Macarena Sastre (Marcela Del Valle) y Nina Engel (Ignacia Allamand) el primer matrimonio homosexual en una teleserie chilena.
El regreso a las producciones nacionales de Roberto Vander fue muy grato, el boom de Mayte Rodriguez nos dice que va por buen camino, le falta, pero en el transcurso de la teleserie la vimos cada vez más cómoda, Juan Pablo Ogalde entró a las ligas mayores interpretando de manera magistral al "Trauko" un delincuente que en verdad intimidaba y también hacía reír. Una de las grandes sorpresas fue descubrir la identidad del "Sicópata del Puzzle" y el vertiginoso cambio de escenario que se produjo luego de eso, ya que el bueno de Horacio (Braun) era el verdadero villano y al que creíamos villano, Lucio, no era tan malo como parecía, al menos sus fechorías estaban bien justificadas, destacar a Felipe Braun, a quien desde hace mucho no lo veía tan entregado a su personaje como en la última mitad de la teleserie, dejó atrás su clásico estilo de actuación distante, para transmitir la maldad y resentimiento de Horacio Leiva, las miradas, los gestos, los tonos de voz y una interpretación completa, permitieron mostrar a un sicópata de corazón. La incorporación de Noelia Arias como la lúdica Estrella, fue un gran aporte, nos mostró un rol chispeante, muy distante a la recordada "Licenciada Tetarelli"
Katty Kowaleczko estuvo a la altura de un protagónico, mostrando talento y presencia, aunque sus gemelas, a pesar de sus diferencias en tono y fortaleza de voz, no fue capaz de disociarlas lo suficiente. Sus compañeras de labores, las Infiltradas, se mantuvieron en una tribuna, ninguna destacó más que la otra, salvo Mayte Rodriguez.
La musicalización a cargo de Juan Andrés Ossandón fue uno de los puntos fuertes, en especial el tema central interpretado por Yuri, "Ese hombre" y todas las versiones de esta ocupada como música incidental.
Un último capítulo que no dejó ese ya clásico sabor a amargo de otros desenlaces, con historias resueltas, un matrimonio sorpresa, con el villano muerto y la familia reunida, además de dejarnos hasta último minuto espectantes con lo que había ocurrido con Lucio.
A pesar que la formula de sensualidad, violencia, droga y acción les ha resultado he de esperar cambien la tecla, capacidad y talentos tienen y deben demostrarlo.
Una teleserie que nos muestra a un canal comprometido con su área dramática, que no deja morir a su producto, que cuenta con grandes profesionales frente y trás cámara, que se preocupa por el género e invierte en el y eso los seguidores de las producciones nacionales, lo agradecemos.
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