EL FINAL DE LA FAMILIA

Hoy terminó una de las teleseries más vertiginosas de las que tengo recuerdo, con buenos que finalmente eran malos, villanos que eran capaz de todo para salirse con la suya y personajes desagradables que terminaron siendo queribles, en verdad, nada era lo que parecía en un comienzo.

Lo que al principio era un suspenso algo forzado, ya que no nos coincidía que Gonzalo (Rudolphy) siguiera viviendo en torno a tanta mentira y poniendo en riesgo su vida, se transformó en un puzzle policial, sorprendiéndonos a todos cuando supimos que el galán de la historia, el héroe, era en verdad el villano, lo que hizo cambiar nuestra perspectiva de la trama, los hechos y las acciones, haciendo un avistamiento de todo lo visto y encontrándole sentido a muchos de los cabos sueltos que quedaban en el camino; una verdadera sorpresa que hace tiempo no se veía en el género.

José Ignacio "Chascas" Valenzuela, el creador y guionista de esta história, supo combinar los elementos necesarios para crear una historia atractiva que se sustentó en el tiempo y hacernos participes de ella, a veces como un personaje más.

El final fue intenso, con acciones que iban "in crescendo" a cada segundo, por lo que los últimos minutos se sintieron y vieron deslucidos después de tanta acción, lo que no quiere decir que haya sido malo, todo lo contrario, fue correcto y acorde con la totalidad de la historia, pero fue un cambio emocional muy abrupto, la calma llegó demasiado rápido luego de estar acostumbrados a esperar más y eso incomoda, como ha pasado en otras teleseries nocturnas; Por cierto, este final nos hizo recordar el de "Alguien te Mira" en el que Julián García, el villano de turno, muere quemado con encendedor y gasolina, como Ismael (Arriagada) y que Rebeca esté paralítica sin poder contar la verdad, al igual que Matilde de la mencionada teleserie, genera lamentables comparaciones.

Uno de los fuertes de esta teleserie, a parte de su atractiva trama, fueron los personajes, muchos actores sorprendieron con sus interpretaciones, destacando Francisca Lewín, quien comprobó una vez más que los roles de chica rebelde le quedan muy cómodos, se lució como Carola Fabres, robandose en más de una ocasión el protagonismo, además de hacer una excelente dupla (otra vez) con Cristián Arriagada, otro de los grandes destacados, quien sorprendió al comienzo como el parapléjico Leonardo, luego como el desquisiado y vengativo Hugo (Ismael Mora) mostrando un gran crecimiento actoral, al igual que Jorge Zabaleta, quien se despegó de sus antiguos roles al entregarse por completo a la mentalidad de Javier Ruíz Tagle, un personaje de carne y hueso, con motivaciones reales, una sicología estudiada y representada de manera magistral. Antonia Santa María logró destacar con Hilda, al mostrar un personaje inocente, muy lindo entre tanta perversidad.

Una teleserie que no se olvidará facilmente, para bien o para mal, esta producción no pasó desapercibida para nadie, tuvo algunas irregularidades y detalles inconclusos, pero a modo macro destacan los buenos y logrados momentos.

Destacar además el uso de internet de esta teleserie, con espacios que promocionaban y nos permitían interactuar con la teleserie, como "La ventana de Borja" un personaje extra de la teleserie, que representaba al públicos en sus teorías, o el mismo guionista a través de twitter generando un contacto directo con los seguidores de su obra. Un avance de las teleseries, acorde a la era tecnológica de estos tiempos.

Con Iñigo preso, Ismael quemado, Pilar tranquila, Carola libre, los vecinos con nueva vida y Javier haciendo nuevamente de las suyas, terminó esta teleserie que deja a varios espectadores ávidos de más misterios, muchos reencantados con el horario, muchos que extrañaran saber que sorpresas tendrá...La familia de al lado.

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